martes, 26 de enero de 2010

SAVE KIDS
Dal culto dell'immagine.
Dall'ambizone delgi adulti.
Dallo sfruttamento sessuale.
Sono diversi i modi di tradire l'infanzia, come raccontano due volumi e un progetto

lunes, 4 de enero de 2010

Sí, después de casi un mes desde mi última señal de vida, habiendo pasado ya las fiestas de fin de año (ojala hayan pasado una navidad tan genial como la mía y tengan un 2010 espectacular) y con un añito más (todavía no me adapto a la idea de que repentinamente soy mayor de edad), intento resucitar este blog guiada por la euforia de haber encontrado después de mucho tiempo un libro que realmente me guste. Es que cada vez que consigo sentirme así de atraída e identificada por un libro me da la sensación que encontré una pieza de ese rompecabezas gigante que conforma mi personalidad, como cuando descubrís algo nuevo que te gusta o encontrás un nuevo amigo. Como si fuese una droga, soy adicta a encontrar cosas que me gusten y me emborracho con las historias que las personas y las cosas tienen para contar. Es una pasión que tengo desde chica, la de compartir y coleccionar vivencias, experiencias, sueños... me intrigan las diferentes visiones del mundo, siempre deseé poder tener la posibilidad de ser otras personas para experimentar lo que viven y comprender lo que sienten o piensan, sería lo más espectacular del mundo.

En un momento pensé en estudiar psicología, pero mi problema es que para mí la psiquis humana se parece más a una obra de arte que a un patrón estandarizado que puede ser estudiado por la ciencia. Cada uno mira el mundo a través de un cristal diferente que modifica la realidad. Cómo es verdaderamente esta realidad es algo que ninguno puede decir con certeza, es que esta es tan compleja y puede ser analizada desde tantos ángulos y puntos de vista que es físicamente imposible llegar a una conclusión de ese tipo. Uno puede describir el mundo solo a través de sus propios sentidos, pero qué es lo que perciben los demás?



Tomemos por ejemplo la percepción de los colores: cualquier persona vidente y no daltónica puede distinguir un objeto, digamos rojo, de uno de otro color. Ahora, cómo sabe alguien que lo que la otra persona ve como rojo es igual al color que yo percibo? Como el estímulo es el mismo y fuimos enseñados que la imagen que se genera en nuestro cerebro frente a él se denomina "rojo", ambas personas coinciden en que ese objeto es llamado "rojo". Pero, puede alguien, sin meterse en la mente de otro ni usar sus ojos o su cerebro para percibir el mundo a través de él, saber si realmente la otra persona ve los colores de igual forma que ella? Porque al fin y al cabo los colores son una interpretación que nuestro cerebro hace de las señales que le fueron enviadas por nuestros ojos ante un estímulo, que es luz reflejada sobre una superficies con características físicas y químicas determinadas. Pero como nuestros cerebros no son exactamente iguales, y la imagen que en él se genera es abstracta, puede que la impresión final sea diferente, tal vez lo que para mi es rojo, para vos es lo que yo llamaría verde, y viceversa, ya que "rojo" es simplemente un signo lingüístico aplicado a una imagen generada en nuestro cerebro.
De la misma forma, no hay posibilidad de que una ciencia, o alguien, logre entender completamente como otra persona percibe el mundo, es nuestro secreto.
Hi!


Hoy, tras haber fracasado en mi intento por conseguir "The Unbearable Lightness of Being", me decidí por llevarme a casa un libro del mismo autor (Milan Kundera), protagonizado por un adolescente que es al mismo tiempo brutal e inoscente ("innoscence with its bloody smile") y al que su madre induce a convertirse en poeta; este es "Life is Elsewhere".

Les cito acá un fragmento:

"[...]Never had she fell herself go in this way with another body, and never had another body let itself go with her this way. Her lover could play with her belly, but he had never lived in it; he could touch her breast, but he had never drunk from it. Ah, breast-feeding! She lovingly watched the fishlike movements of the toothless mouth and imagined that, along with her milk, her son was drinking her thoughts, her fantasies, and her dreams[...]"

domingo, 29 de noviembre de 2009

- Wilt thou be gone? It is not yet near day:
it was the nightingale, and not the lark,
that pierc'd the fearful hollow of thine ear;
nightly she sings on yon pomegrante-tree:
Believe me, love, it was the nightingale.

-It was the lark, the herald of morn,
no nightingale: look love, what envious streaks
do lance the severing clouds in yonder east:
night's candles are burnt out, and jocund day
stand tiptoe on the misty mountain-tops;
I must be gone and live, or stay and dye.

-Yon light is not daylight, I know it, I:
It is some meteor that the sun exhales,
to be to thee this noght a torch-bearer,
and ligh thee on thy way to Mantua:
therefore stay yet, thou need'st not to be gone.

-Let me be ta'en, let me put to death;
I am content, so thou wilt have it so.
'Tis but the pale reflex of Cynthia's brow:
Nor that is not the lark, whose notes do beat
the vaulty heaven so high above our heads:
I have more care to stay, than will to go;-
Come, death, and welcome! Juliet wills it so.-
How is't, my soul? Let's talk, it is not day.

-It is, it is, hie hence, be gone, away;
It is the lark that sings so out of tune,
straining harsh discords, ans unpleasing sharps.
Some say, the lark makes sweet division;
this doth not so, for she divideth us;
some say, the lark and the loathed toad change'd eyes;
O, now I would they had changed voices too!
Since arm from arm that voice doth us affray,
hunting thee hence with huts-up to the day.
O, be gone; more light and light it grows.

-More light and light! - mor edark and dark our woes.




Shakspeare, Romeo and Juliet, Act III, Scene V

martes, 24 de noviembre de 2009

Sakura

A continuación les recopilé un poco de información sobre mi flor preferida. No tengo raíces japonesas, ni nada por el estilo, pero creo en que hay que intentar saber lo más posible sobre las cosas que nos gustan, intentar entenderlas a ellas y a sus significados. No importa de qué cultura provienen, siempre y cuando te sientas identificado, las podés hacer propias. Muchas veces investigando te das cuenta de que eso que te llamó la atención es más que un capricho del momento, que hay algo en su escencia con lo que te compenetrás.



La flor del cerezo es uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa, en la cual se le da el nombre de Sakura. Esta florece una sola vez al año, durante la primavera y está relacionada con la naturaleza efímera de la vida, un aspecto de la cultura japonesa generalmente asociado con la influencia budista.

Se dice que durante su breve florecimiento, los cerezos representan la metáfora de la vida: breve, intensa y fugaz. Esto guarda relación con parte del código samurai en Japón. Es más, el emblema de los guerreros samurai era la flor del cerezo. La aspiración de un samurai era morir en su momento de máximo esplendor, en la batalla, y no envejecer y "marchitarse", como tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol.

También es símbolo de felicidad y renovación, marca el inicio de la primavera y de un nuevo año. Antes de la existencia de los calendarios, los japoneses se basaban en el florecimiento de los cerezos para comenzar a plantar el arroz.

En Japón se realiza el festival de Hanami en su honor puesto que es su flor más significativa; durante éste los familiares y amigos se reúnen en los parques con cerezos bajo la sombra de los mismos y, a modo de pic-nic, comparten alimentos mientras celebran la aparición de las flor. Disfrutar de los cerezos en floración ha sido una costumbre en Japón desde el S. VII, cuando los aristócratas se entretenían mirando los árboles en flor y escribiendo poemas.

La floración de los cerezos comienza generalmente en enero en Okinawa, y alcanza su punto álgido entre marzo y abril en la región de Honshu. En Hokkaido, las flores por lo general alcanzan su mayor belleza a finales de mayo.


La leyenda de la flor de Sakura

Según la historia, los árboles de Sakura eran blancos originariamente, de hecho existe una variedad que es blanca; sin embargo hay otra variedad, con un tono rosado. Esto se debe a que durante la Era Mejí, en Japón, era muy común que se fuera a buscar la las casas a los mejores samuráis que habían sin importar lo viejo que fueran. Entonces, se volvió muy común que las esposas de samuráis quedaran solas, por lo que estableció una ley en la que se le prohibía a la mujer casada de un samurai en batalla que se viera con otro hombre que no fuera de su familia. La pena para cualquier mujer que fuera encontrada con otro hombre era la de ser asesinada junto a su acompañante, y solo sería libre de casarse o juntarse con amigos si esta probaba que su esposo había muerto en combate.
Muchas mujeres que quedaron viudas, sin embargo, en señal de amor eterno a sus esposos, se pintaban en la espalda el nombre de su marido y se suicidaban. Este ritual siempre lo hacían frente a un árbol de flor de cerezo, que con la sangre que absorbía, sus flores se fueron tornando rosadas.
Es así que cada vez que salía un samurai de su casa se sembraba un árbol de Sakura en su honor… O por si era necesario.
Hola!

Bienvenidos a la primera publicación de este blog, que no tiene otro fin que el de ser un espacio donde me pueda expresar, compartir un par de opiniones y publicar todo aquello que me gusta o intereza.
Es un pantallazo de mi visión del mundo, en el que van a aparecer imágenes, escritos, información sobre temas diversos, música... en fin, un collage particular de mi persona, que responde a ese capricho que tenemos a veces las personas de poner todo lo que nos representa en un mismo lugar, tal vez con el proposito de entendernos un poco mejor, o quizas con el único propósito de hacer algo sin motivo alguno.

Cualquiera sea la razón, ya que por ahora la desconozco, Espero que disfruten esta visita por la mente de una chica bastante común...